Seguidores

lunes, 7 de octubre de 2013

AMATA I

Viernes 20 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Amata y espero de todo corazón caerte bien. Para empezar te diré que soy una sirena y no, no te estoy tomando el pelo. Tengo una hermosa cola de pez, solo cuando estoy en el agua, con escamas verde esmeralda, la piel bronceada y cabellos púrpuras, adornados con corales rojos y conchas amarillas y naranjas. Mido 1,75 cuando soy humana y dos metros cuando tengo la cola.
         Soy la hija menor del gobernante del mar que baña vuestra ciudad y mi ciudad se encuentra construida en lo más profundo del mar pegado al acantilado. Está construida con corales y conchas azules y verdes en todas sus tonalidades.
         Lo que más me gusta es bucear, algo obvio supongo, sobre todo en compañía de los delfines, y montar sobre Hipocampos, que sería algo asi como vuestros caballos terrestres.
         Desde que nacemos vivimos recluidos en la ciudad, porque nos enseñan a temer a los habitantes de la superficie, y solo salimos para viajar a otras ciudades, disfrutar de las maravillas del mar abierto o para defender nuestra ciudad, y la vuestra, de los ataques de los monstruos marinos, como el Leviatán.
         Yo nunca he comprendido porque no podía visitar vuestro mundo, del que lo único que sabía era lo que leía en los libros de la biblioteca, pero era muy poco y no satisfacía mi curiosidad. Por eso, una noche, me fugue de palacio, en compañía de mi fiel corcel, y me dirigí a la superficie, donde me di cuenta de un problema ¡No tenía piernas!
         Estaba tan entusiasmada por querer ver las maravillas de vuestro mundo, en esa época era muy inocente y pensaba que vuestro mundo era tan perfecto y hermoso como el mío, que no me acordé de ese problema. Solo pude tumbarme en la suave arena de la playa y ver vuestros gigantescos y extraños corales que os servían de viviendas, luego me entere de que se llaman edificios, vuestros medios de transporte, que al principio me daban miedo por el ruido que hacían, y muchísimas cosas más que quería ver desde más cerca.
         Estaba desesperada y pensaba que nunca podría ver vuestro mundo más de cerca, cuando de repente, caminando por la orilla, vi venir un hombre hacia mí y me escondí entre las olas. Como estaba oscuro en un principio no le pude ver bien, pero a medida que se iba acercando le vislumbraba mejor. Se trataba de un señor mayor con una larga barba blanca, que iba completamente vestido de negro y, cuando se acercó lo suficiente, pude distinguirle unos extraños ojos grises.
         No sé como, pero supo donde estaba escondida y me llamó por mi nombre ¿Cómo sabía como me llamaba si nunca nos habíamos visto y nadie de mi especie sube nunca a la superficie? Jamás lo llegue a descubrir. Salí del agua y muy amablemente se ofreció a resolver mi problema. Tal vez acabe arrepintiéndome algún día porque acepte su ayuda. Tengo ese defecto, soy demasiado confiada.
         El señor me dio un colgante de oro con forma de concha y me lo puse. Al instante sentí un cosquilleo por todo el cuerpo y dos segundos después las olas chocaban contra dos rodillas y mis dedos tocaban la arena del fondo. Me sentía la sirena más feliz del mundo y quise agradecérselo pero el hombre ya se había ido y no lo he vuelto a ver.
         Después de un tiempo recorriendo vuestras calles me encontré con los que ahora son mis amigos y pensé que podría llevar una vida sin peligros hasta hace dos noches cuando nos atacó un terrible monstruo, aunque esto ya lo sabríais, seguro que os lo ha contado Diego.
         Lo que no sabréis es que anoche nos volvió a tacar el mismo monstruo y de nuevo se produjo un combate entre este, Remo y el lobo, que, como la vez anterior, apareció de la nada para ayudar a Remo.
         Espero me perdonéis pero no voy a contaros mucho del combate, porque no quiero recordarlo. Solo os diré que hubo golpes, mordiscos gruñidos, caídas y sangre, mucha sangre, demasiada sangre para mi gusto. No la soporto. Yo soy de esos seres que se desmayan nada mas ver una gota de sangre, por muy pequeña que sea, y me mareo solo con pensar en ella.
         Una cosa curiosa es que el monstruo volvió a centrase, inexplicablemente, en Remo. Estábamos caminando por una calle cuando de repente oímos un gruñido, nos rodeó la niebla y apareció el licántropo corriendo por una esquina con la mirada centrada en Remo, quien, con ayuda del misterioso lobo, consiguió ahuyentar a la bestia, que se internó en la oscuridad con una pata rota.
         Tras esto volvimos a nuestras casas. Yo, aunque parecía que estaba aterrada, en realidad estaba muy contenta ¿Adivináis porqué? ¡Diego me volvió a acompañar! Estuve todo el camino abrazada a él, con la cabeza apoyada en su pecho escuchándole el corazón, mientras me contaba cosas para intentar tranquilizarme. Estoy enamorada de él. Pero no se lo digáis.
         No sé que voy a hacer. Mis sentimientos me dicen que este con él, pero es un ser de la superficie y yo soy la hija de un gobernante del mar. Se supone que me tengo que casar con un joven heredero o con un valiente guerrero, al menos eso es lo que quiere mi padre, que ya anda buscándome pretendientes ¿Qué os parece esto? A mi una babosa marina ¿Acaso no importa lo que opine yo? ¡Pero si es mi vida! Debería de ser yo la que escogiera con quien quiero estar y mis padres aceptarlo, no al revés.
         Aceptad este consejo que yo misma voy a seguir: No hagáis caso de lo que os digan vuestros padres, ni de lo que opine el resto de la gente, si os gusta una persona id a por ella porque luego os podéis arrepentir. Sé lo que os pasa. El miedo os paraliza. Lo entiendo. Creedme, lo entiendo perfectamente. Pero en esta vida hay que vencer al miedo porque si no nos domina y no nos deja vivir.
         Yo es lo que pienso hacer. Quiero estar con Remo e intentaré estar con Remo, siempre y cuando él quiera. Desde luego yo no lo voy a obligar a quererme. Me destrozará el corazón, pero cada persona es libre de decidir con quien quiere estar ¿Oh no? A mi padre que le den algas. Si no acepta que estoy enamorada de un ser de la superficie peor para él. Yo no puedo cambiar mis sentimientos y no creo que nadie pueda.
         Bueno. Dejemos este tema por el momento y centrémonos en el del licántropo, que eso es lo que es la bestia. Ayer, cuando volví a casa, me fui directamente a la biblioteca a buscar información y descubrí que era un licántropo, mitad lobo mitad humano. Un poco extraño no, aunque no soy quien para decir eso cuando ahora mismo tengo una cola de pez.
         Según lo que leí, cuando un hombre lobo muerde a una persona, esta, en la próxima luna llena, sufre la transformación a licántropo y, al ser la primera vez, no puede controlarse. Este periodo dura lo que dura la luna llena, es decir, tres días, lo que quiere decir que esta noche volverá a aparecer.
         Estoy entre asustada y emocionada ¿Qué ocurrirá esta noche? ¿Veremos a la bestia o estará tan herida que no querrá salir? Espero que sea lo segundo. No creo que mi estomago aguante otra pelea sangrienta más. Además de que es un peligro para la ciudad. Según nos ha contado Javier, en las dos noches anteriores, la bestia ha matado a dos docenas de personas, la mayoría grupos de jóvenes que se divertían por la noche, y, lo más preocupante, hay como mínimo seis jóvenes ingresados en el hospital por mordeduras ¿Sabéis lo que eso significa verdad? En la próxima luna llena habrá siete licántropos, que pueden aumentar si estas noche la bestia vuelve a morder a alguien, cosa que estoy segura hará, vagando a sus anchas por las calles.
         No quiero ni imaginarme lo que sucederá entonces, sobre todo si se producen nuevas mordeduras. En dos meses la ciudad puede verse invadida por los licántropos y estos a su vez matarán a más gente y provocarán más infectados ¡Esto es peor que una enfermedad! Nuestro hogar puede llegar a convertirse en un antro putrefacto lleno de cuerpos en descomposición y calles convertidas en ríos de sangre. La gente se acabaría yendo de sus hogares y esto se convertiría en una ciudad fantasma habitada solo por los licántropos. Bonito panorama ¿Verdad?
         Hoy voy a contar mis pesquisas y temores al resto del grupo. Tal vez, siempre que Remo este de acuerdo, podemos utilizar la afición que parece sentir por él para atraparlo. El problema es que hacer luego con él.
         Por la mañana se volverá a transformar en un humano que no sabrá nada de lo que ha hecho. No me quiero ni imaginar como se habrá sentido esa persona despertándose dos días seguidos, completamente ensangrentada en cualquier callejón o escondite.
         Javier, Carolina y Marta, que son los únicos que han vivido siempre en esta ciudad, iban a investigar a ver si descubrían algo preguntando a la gente. Se iban a centrar en jóvenes desaparecidos o que se hayan mostrado raros durante estos días. Espero que sus investigaciones hayan dado algún resultado y podamos frenar esto, aunque no sé como diez chicos completamente normales, aunque yo normal no sea, vamos a conseguir atrapar a la bestia y…
         ¡Huy! ¡Qué tarde se me ha hecho! Tengo que estar a las diez en “La Luna Llena”, donde siempre quedamos, y ya son las nueve y media. De nuevo llegaré tarde. Esto de vivir en el mar a veces es una… ¿Cómo lo decís vosotros? ¿Una putada? Si, creo que se dice así. Por fortuna tengo a mi Hipocampo, que cabalga más rápido que ningún otro.

Un beso muy fuerte:
                                                                                                                        Amata

No hay comentarios:

Publicar un comentario