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viernes, 11 de octubre de 2013

CAROLINA I

Domingo 22 de Septiembre

Querido amigo:
                   ¡Hola! Me llamo Carolina y tengo veinte años. Nací en Paris, donde viví durante cinco años junto a mi familia en un pisito cercano a los Campos Elíseos. Pero nos tuvimos que mudar por cuestiones que ya os contaré y desde entonces vivimos en vuestra ciudad.
         Tengo el pelo castaño atado en una coleta y los ojos color ámbar. Soy bastante fuerte, debido al entrenamiento que me obligaba ha hacer mi padre desde niña, y muy alta, mido 1,90. También soy rápida y ágil con las manos, además de hábil. Sé manejar todo tipo de armas blancas, aunque prefiero las dagas, y luchar en varios tipos de artes marciales. Aparte manejo el arco y se disparar con pistola, escopeta y rifle.
         Ahora mismo debéis de pensar que soy un bicho raro y no os falta razón, pero alguien tiene que evitar que nuestra raza sea destruida por el resto ¿A qué me refiero? Vampiros, licántropos, ogros, trolls, elfos oscuros, gigantes, etc. Si, existen y no, no estoy loca ni me he tomado nada raro. Estos seres existen y vagan entre nosotros sin que nos demos cuenta, acechando en la oscuridad a que algún incauto se aproxime demasiado a ellos.
         Yo, mis padres y mis hermanos procedemos de una antigua familia de cazadores de monstruos, que tiene su origen en la Edad Media durante la época de las brujas, que también existen y la magia con ellas. Por esta razón nos mudamos. En vuestra ciudad se detectaron varios avistamientos de seres oscuros y mandaron a mi familia a investigar.
         Yo, al principio, era muy pequeña, al igual que mis hermanos, pero sabíamos lo que pasaba y nuestros padres nos lo contaban cada vez que regresaban a casa por las mañanas después de toda una noche de patrulla. No os podéis ni hacer una idea de todo lo que vive en vuestra ciudad.
         Al cabo de un tiempo, la verdad es que el año pasado, durante una cacería de hombres lobo, que estaba haciendo junto a mis tres hermanos, me separé sin querer de ellos y me acabé encontrando con Remo, un joven de mi misma edad, que ahora es uno de mis mejores amigos. Remo me presentó al resto de su grupo y desde entonces nos vemos casi todas las noches.
         En especial Marta, la joven de la que me he enamorado. Si, soy lesbiana ¿Ocurre algo? ¿No? Pues mejor para ti, asi no tendrás que vértelas con mi pistola y mi puntería. Ya bastante tengo con ocultárselo a mi familia, que está empeñada en que me tengo que casar con el hijo de alguna otra familia de cazadores ¡Ja! ¿Casarme yo? ¿Con uno de esos niñatos? ¡Los cojones! Antes muerta. Que se atreva alguno de esos a cortejarme ¿Sabéis dónde acabaría? En el mar, pero sin la cabeza, que se la daría a los hombres lobo.
          Por si os queda alguna duda, os vuelvo a repetir que existen. Si no me creéis preguntádselo al resto, aunque supongo que ya os lo habrán contado. No hay nada peor que un híbrido, sobre todo si muerde a la gente, cosa que ha hecho este ¿Sabéis a cuanta gente ha mordido? A doce jóvenes, que en la próxima luna llena se transformarán en licántropos que matarán y morderán a más gente. Si no detenemos esto los temores de Amata se harán realidad y eso es algo que ni mi familia ni yo estamos dispuestos a permitir.
         Anoche empezamos matando al híbrido. Se trataba de un joven de mi edad llamado Esteban. Esto es lo peor de nuestro cometido. A veces. Bueno. La mayoría de las veces, muere gente inocente. Nos llevamos el cuerpo y lo enterramos en el bosque. La familia pensará que sigue desaparecido y nunca sabrá la verdad. Mejor eso a que sepan que su hijo murió por haberse convertido en un monstruo debido a la mordedura de un hombre lobo.
          Aparte de al híbrido, yo disparé contra otro hombre lobo en su forma de lobo y le herí. No sé si acabaría muerto o no, pero espero que si. Cuantos menos hombres lobo haya en nuestra ciudad tanto mejor ¿No os parece? Aunque este parecía diferente. En lugar de ayudar al híbrido nos defendía, sobre todo cuando el engendro atacaba a Remo.
         La batalla fue increíble. Supongo que Javier ya os la habrá contado. Mi hermano Sergio, que solo tiene quince años, apunto estuvo de ser mordido por la bestia, pero mi hermano mayor Pablo, que tiene veinticinco años, consiguió salvarlo subiéndose a los hombros de la bestia y apunto estuvo de clavarla un puñal.
         Sin embargo la bestia se lo quitó de encima y se volvió contra él. Pablo, que es el más rápido de todos, se metió entre sus patas y la hizo varios cortes consiguiendo tirarla al suelo. Pero la bestia se levantó, se irguió sobre sus cuatro patas y estaba a punto de abalanzarse sobre mi padre, cuando las piernas la fallaron y cayó con todo su peso sobre él.
         No había pasado tanto miedo en toda mi vida. Mi padre desapareció en medio de toda esa mata de pelo y no había manera de saber si estaba vivo o había muerto aplastado. Pasaron pocos segundos hasta que supimos la respuesta, pero fueron segundos que parecieron horas largas y angustiosas, que no quiero volver a vivir.
Al final la bestia volvió a su forma humana y pudimos ver que mi padre se encontraba bien y que además había matado al licántropo sacando su espada a tiempo. Solo había tenido que levantarla un poco para que la propia fuerza de la bestia al caer hiciera que el metal atravesara la carne. Luego se quitó de encima, sacó su espada del cuerpo y le dio la vuelta, viendo que se trataba de un joven de mi edad.
La mirada de mi padre era de pena y arrepentimiento, como la del resto, pero no podíamos hacer otra cosa, era él o nosotros. Luego se acercó a mis amigos, que por fortuna, como íbamos encapuchados, no me reconocieron, y les hizo prometer que no contarían nada.
Después llegó una parte complicada. Entre mi padre y Pablo cogieron el cuerpo, lo sacamos de la ciudad, cruzando por todas las calles con el peligro de ser descubiertos, y nos internamos con él en el bosque. Allí tenemos un gran árbol, escondido en lo más profundo del bosque, donde siempre llevamos los cuerpos de los licántropos que matamos y al día siguiente, cuando volvemos a ver si alguien lo ha descubierto, siempre vemos pisadas de lobo y el cuerpo ha desaparecido.
Mi padre dice que los hombres lobo se llevan el cuerpo de su compañero hasta sus cuevas secretas y allí hacen un ritual de despedida para luego comérselo, para que su fuerza pase al resto y no se pierda. Aunque yo creo que esto no va a pasar con el que hemos matado anoche ¿Por qué no? Pues porque no pertenecía a ninguna manada. Es la primera vez que nos enfrentamos a un híbrido y, seguramente, habrá sido mordido por algún joven licántropo inexperto, que sé lo ha contado tarde a su familia.
Normalmente son los propios hombres lobo los que se encargan de los híbridos, lo que explicaría la presencia del otro lobo, y por eso vamos a pasarnos un tiempo sin salir de caza. El híbrido a mordido a doce jóvenes que, como ya os he dicho, con la próxima luna llena se transformaran en híbridos que invadirán las calles de la ciudad matando gente, hay que decir que este ha matado a  treinta personas, y mordiendo a más jóvenes, que se transformaran en híbridos, por lo que los temores de Amata se pueden hacer realidad y la ciudad puede convertirse en un hogar gigante de hombres lobo.
Si esto ocurre todo el mundo conocerá la existencia de estos seres de la noche y volverá a producirse otra persecución como la de la Edad Media o incluso peor. A los licántropos, para evitar esto, no les quedará más remedio que salir de sus cuevas y buscar a los infectados antes de la próxima luna llena. Al salir, serán detectados por los vampiros, que también habitan en vuestra ciudad, y se producirá una guerra entre las dos razas. Cuando esta guerra termine los cazadores saldremos, mataremos a los seres nocturnos que queden y salvaremos a la ciudad de monstruos.
Casi se me olvida contarte un notición de última hora. Javier le ha pedido ir al cine a Serena y esta a aceptado. Espero que toda vaya bien. Hacen una pareja perfecta y seguro que no será la única. Diego y Amata llevan tres noches dando paseos a solas a la luz de la luna y Remo y Fernando no paran de lanzarse miradas y más pronto que tarde acabarán juntos, aunque a Fernando, desde que empezaron los ataques, no lo hemos vuelto a ver y a Remo se le nota preocupado. Yo también espero acabar con Marta, aunque para eso tenga que enfrentarme a mi familia.
Los cazadores tenemos nuestras propias normas y reglas, que por desgracia, como aparecimos en la Edad Media, son muy anticuadas y no se han cambiado nunca. Esto ha provocado algún que otro conflicto, incluso la división de familias o su expulsión de los cazadores por proteger a uno de los suyos ¿La razón de esto? El consejo de líderes está formado por miembros de la iglesia que saben de nuestra existencia. Que raro que anden por medio ¿Verdad?
Ahora te tengo que dejar. Son la nueve y cuarto, vivo en una casita a las afueras de la ciudad y tengo que estar a las diez en “La Luna Llena”. Hoy mi familia saldrá a cazar vampiros y me angustia pensar que alguno puede acabar muerto o, peor aún, convertido en vampiro.

Un beso muy fuerte:
Carolina

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