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viernes, 18 de octubre de 2013

MARTA I

Miércoles 25 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Marta, tengo veinte años y soy maga. Tengo los ojos anaranjados y el pelo negro. Mido 1, 75 de alto y no tengo mucha fuerza muscular, aunque soy bastante inteligente y tengo una mente especial, que es la que me permite hacer magia.
         Cuando no era más que un bebe hacía bolas de fuego con las manos y las lanzaba o controlaba el agua, por lo que mis padres me llevaron a la enorme mansión de un científico, del que se decía que era mago, para que me enseñara a controlar mis poderes.
         Este mago era y es un hombre mayor con una larga barba blanca, que siempre viste de negro y tiene unos extraños ojos grises. Siempre lleva al cuello un extraño colgante en forma de corazón y su casa está llena de gatos.
         Durante mis diez primeros años me enseñó a controlar mis poderes y a no dejarme dominar por ellos. En este periodo pasaba la mayor parte del tiempo con mis padres y solo unas pocas horas en casa del mago. Nunca fui a la escuela porque todo lo que necesitaba saber me lo enseñaba el mago, por eso nunca hice amigos y pasaba la mayor parte del tiempo sola practicando los conjuros.
         Al cumplir los diez años empezó mi adiestramiento para controlar los conjuros que afectan a mi cuerpo, es decir, hacerlo más pequeño o más grande, hacerme invisible, convertirme en gas o en líquido, cambiar mis moléculas para atravesar paredes o hacerme dura como una roca, aumentar mi fuerza, agilidad, velocidad, habilidad y flexibilidad e incluso aprendí a volar. A partir de aquí conté con un compañero de mi edad que también tenía poderes, llamado Arturo, pero nunca nos hemos llevado bien porque es malvado, lo noto cada vez que miro sus ojos negros, y se convirtió en el favorito del mago. La verdad es que a mí me da igual quien sea su favorito, lo único que quiero es aprender a desarrollar todos mis poderes.
         A los quince años empezó nuestro adiestramiento en poderes mentales o, lo que es lo mismo, aprendimos a leer el pensamiento, a mover objetos, a hacerlos levitar, a hipnotizar, a controlar los sueños de otras personas y meternos en ellos, desarrollamos nuestros sentidos, etc. En esta época mi relación con Arturo se templo un poco pero nos seguíamos llevando mal. Había algo en él que no me gustaba nada y empecé a vigilarlo porque sospechaba que tenía algún plan oculto.
         Ahora que tenemos veinte años hemos aprendido nuestro adiestramiento para controlar las fuerzas de la naturaleza. Durante un año aprenderemos a controlar el agua y de momento no va mal la cosa. Yo ya consigo crear lluvia, hacer bolas de agua a partir del agua del aire, puedo parar el agua que cae de los grifos y la que fluye por los ríos.
         Un día que estaba practicando la creación de bolas de agua, me encontré con Remo, uno de mis mejores amigos, que me presentó al resto de los que hoy son mis amigos y a Carolina, una chica de mi edad de la que creo que me he enamorado.
         Sé que tengo que confesarla lo que siento porque si no luego me voy a arrepentir, pero el miedo y el pánico al rechazo me detienen y, cuando encuentro fuerzas para decírselo, se me traba la lengua y acabo diciendo la primera tontería que se me ocurre ¿Qué creéis vosotros que debería de hacer? Es muy difícil confesarle a la persona que te gusta lo que sientes por ella, sobre todo si es del mismo sexo.
         Además sospecho que Arturo me vigila muy de cerca. No preguntéis porque pero tengo ese presentimiento. Desde que aprendimos a leer las mentes, como practicábamos entre nosotros, en cuanto estamos cerca el uno del otro nos notamos y eso es lo que me pasa continuamente, pero nunca consigo verlo, tal vez porque se hace invisible o se convierte en gas, no lo sé, lo único que tengo claro es que como se acerque a mis amigos me da algo.
         Arturo es muy capaz de contarles que soy una aprendiza de maga y entonces no sé lo que pasaría ¿Cómo reaccionarías vosotros si descubrieseis por otra persona que uno de vuestros amigos o amigas tiene poderes mágicos? Yo no tengo la respuesta y por eso tengo miedo de lo que pueda hacer Arturo.
         Creo que esta planeando algo gordo con el mago. Cada vez que llego a casa, se me ha olvidado deciros que, desde los diez años, vivo con el mago, me los encuentro en el sótano de la casa haciendo algo que no me quieren contar. No tengo ni idea de lo que puede ser porque mantienen la puerta que da a la casa completamente cerrada, aunque esto no evita que se oigan ruidos y por ello sé que están construyendo algo ¿El qué? No lo sé, pero espero descubrirlo pronto.
         Para cambiar de tema os diré que Javier ya ha salido del hospital. Anoche, sobre las dos de la madrugada, durante el turno de Diego, le dieron el alta y muy temprano por la mañana volvió a su casa. Serena está pletórica de dicha y se la ve muy feliz, por lo que yo no la voy a contar nada de mis temores, aunque creo que debería de hacerlo.
         Me resulta muy extraño eso de que Javier oiga voces en su cabeza. Eso es señal de que tiene telepatía y por tanto algún tipo de poder mental, lo que me lleva a pensar si poseerá otros poderes. Si los tiene debe de ser algún tipo de mago o de brujo, sin embargo, si lo fuese, debería de haber desarrollado sus poderes nada más nacer y no ahora, cuando va a cumplir los veinte años dentro de poco.
         Además, si fuera mago o brujo, nosotros lo detectaríamos porque tenemos una habilidad especial para descubrir otros magos, por lo que tiene que ser otra cosa y ahí esta el problema. Si no es mago o brujo, pero tiene poderes mentales ¿Qué podría ser? La respuesta me aterra. Buscando en la biblioteca del mago, que es gigantesca, he descubierto que existen todo tipo de seres oscuros, como vampiros y licántropos, de lo que doy fe porque nos hemos cruzado con un híbrido tres noches seguidas, que tienen poderes mentales, sobre todo los vampiros.
         ¿Serena corre peligro? No lo sé. Javier parece no saber lo que le pasa y si fuese vampiro sabría lo que es, por lo que esta opción esta descartada, además de que hace su vida durante las horas diurnas. No quiero preocupar a Serena con estas sospechas si no tengo pruebas de que Javier no sea humano del todo, por lo que voy a vigilarlo muy de cerca hasta acabar descubriendo que es.
         Ahora os tengo que dejar. Hemos quedado a las diez en “La Luna Llena” como siempre y, aunque son las nueve y cuarto, tengo que irme porque la mansión del mago, que por cierto parece un castillo, queda un poco lejos. Hoy empezaré con la vigilancia de Javier, espero sinceramente que mis sospechas sean infundadas y sean paranoias mías, y con la del mago y Arturo porque quiero saber que se traen entre manos.

Un beso muy fuerte:
                                                                                                                         Marta

miércoles, 16 de octubre de 2013

VIOLETA I

Martes 24 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Violeta, tengo veinte años y soy una valquiria. No sé si sabréis lo que es una valquiria, pero por si no lo sabéis os diré que una valquiria es una diosa guerrera hija de Odín y una poderosa guerrera, que inspira la lucha, aumenta la sed de sangre y hace entrar en frenesí a los guerreros para que no sientan dolor. Vivimos en Asgard, un plano entre los vivos y los muertos, donde está el Valhalla, que es el lugar al que llevamos a los héroes muertos en batalla.
         Soy bastante alta, mido 1,90, con una marcada musculatura. Tengo los ojos grandes y azul oscuro y un cabello rubio, largo y trenzado. Cuando voy a la lucha suelo llevar un casco de guerra con cuernos, una espada y cabalgo a lomos de un hermoso caballo alado negro.
         Tenemos prohibido salir del Valhalla a no ser que vayamos a una batalla lideradas por Brunilda, la más fuerte y poderosa de nosotras. Cuando estamos en el Valhalla nuestra misión es cuidar de los héroes durante su estancia en él. Un trabajo que a mí no me gusta y por eso siempre me escapo sin que nadie se de cuenta.
         Hace unos años, durante una de mis escapadas a la tierra para verla, me perdí y me encontré con Remo, un amable joven que me mostró el camino para llegar hasta su ciudad. Como llevaba un tiempo perdida me encontraba sedienta y me llevó a un lugar, bastante extraño para mí, llamado “La Luna Llena”, donde me dio agua y comida. Desde aquel momento nos hicimos amigos y me presentó al resto de sus amigos.
         En total tengo nueve amigos pero me gustaría que uno de ellos fuera algo más. Creo que me estoy enamorando de Gabriel, lo que supone un problema para mí, porque las valquirias tenemos prohibido enamorarnos. Para las valquirias el amor es una distracción que hay que evitar para estar centradas en el combate y por ello tenemos prohibido viajar a la tierra, donde corremos el riesgo de enamorarnos.
         Tengo miedo de que mi hermana Brunilda descubra lo que estoy empezando a sentir por Gabriel y haga algo para evitar que lo vuelva a ver o, peor aún, que acabe con su vida, de lo que es muy capaz. Es ella la que ha dictado las reglas que regulan nuestras vidas y no tiene ningún tipo de compasión hacia nadie, ni siquiera hacia nosotras, sus hermanas, a las que nos trata como peones.
         Por fortuna su poder no es tan fuerte como para evitar que yo me escape del Valhalla, pero si lo descubre lo más probable es que me encarcele en una de nuestras prisiones hasta que solucione el problema. En la cárcel hay algunas valquirias que llevan encerradas allí siglos y siglos, como Eris, que lleva encerrada desde hace siglos.
         Hace dos noches Brunilda estuvo a punto de causar una guerra en vuestra ciudad de proporciones épicas. Las relaciones entre los hombres lobo y los vampiros están a punto de romperse y hace dos noches hubo una reunión para intentar evitar el derramamiento de sangre, Brunilda se enteró y fue a caldear un poco el ambiente. Consiguió hacer que uno de los líderes de los hombres lobo y el líder de los vampiros iniciarán un combate, pero este fue detenido por el arconte que mediaba entre ellos.
         Los arcontes son lo contrario a nosotras y nuestros eternos rivales. Mientras que nosotras fomentamos la lucha y la sed de sangre, ellos la detienen, tranquilizan a los contrarios y fomentan el diálogo.
         El arconte que consiguió detener la batalla ayer, no consiguió evitar que los bandos se declararan la guerra, por lo que muy pronto todas las valquirias bajaremos a tierra, cosa muy extraña. Normalmente solo actuamos en las batallas de los humanos, asi que ha sido una sorpresa para todas que Brunilda haya anunciado que intervendremos en la lucha entre hombres lobo y vampiros.
           Me parece que esto tiene algo que ver con que Rafael, el líder de los arcontes, va a bajar con todas sus tropas, llegado el momento, para intentar evitar la guerra. Rafael y Brunilda no se llevan muy bien por cuentas personales ocurridas hace mucho tiempo, que solo ellos conocen. Yo creo que eran algo asi como amantes y que algo debió de salir mal, convirtiéndose en rivales acérrimos.
         Me preocupa la guerra que se avecina. Mis amigos y Gabriel se pueden ver metidos, como toda la ciudad, en la terrible batalla y tengo miedo de que eso pueda ser fatal parea alguno de ellos. Además, cualquiera de ellos puede verme con mi aspecto de valquiria y no sé lo que podría pasar entonces, sobre todo si el que me descubre es Gabriel.
         Para cambiar de tema os tengo que contar que la cita de Serena y Javier acabó en el hospital. No os preocupéis que no es nada grave. La cita fue todo un éxito y los dos estaban guapísimos. Las chicas ayudamos a elegir a Serena un hermoso vestido rojo con los complementos verdes, a juego con su pelo y sus ojos, y los chicos a Javier un elegante traje castaño y marrón. La velada, por lo que nos ha contado Serena, fue perfecta: cena en un restaurante a la luz de las velas, una buena película, en la que Javier aprovechó para besarla ¡Por fin! Y un romántico paseo a la luz de la luna.
         El problema vino cuando Javier se iba a despedir de Serena. Por lo que esta nos ha contado, Javier empezó a tener fuertes dolores de cabeza y se tiró al suelo de rodillas, con las manos tapándose los oídos y gritando que alguien parase las voces. Serena avisó a la familia de Javier y se lo llevaron al hospital. Al parecer no era la primera vez que sufría esos ataques pero no nos había dicho nada para no preocuparnos.
         Serena se pasó toda la noche velando a su lado y esta noche vamos a ir todos a visitarlo. Hemos decidido hacer turnos para que Serena no este toda la noche despierta poniendo en riesgo su salud, incluyendo a Remo y a Fernando.
         Los dos llevan unos días que no son los mismos, es más, Fernando ha estado desaparecido durante tres noches seguidas, las mismas en las que atacó el híbrido. Se les nota preocupados por algo pero no nos dicen porque. Yo no les voy a recriminar nada, también me guardo secretos, pero si tienen un problema deberían de saber que nosotros podemos ayudarles ¿Acaso los amigos no están para ayudarse?
         Bueno, te dejo, que hemos quedado dentro de media hora en “La Luna Llena” para ir al hospital. Nos espera una noche larga pero no nos importa. Si no nos ayudamos entre nosotros ¿Quién nos va a ayudar?

Un beso muy fuerte:
                                                                                                                       Violeta

lunes, 14 de octubre de 2013

GABRIEL I

Lunes 23 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Gabriel, tengo veinte años y soy un arconte. Para quien esta palabra le suene a chino le diré que un arconte es un ser celestial al servicio de los dioses, que lo envían a la tierra para cuidar, vengar o juzgar. Vivo junto a los otros arcontes en un palacio hecho de nubes en el cielo, donde tenemos nuestro propio plano al que tienen acceso todos los dioses.
         Mido 1,95 y soy bastante delgado. No tengo muchos músculos, pero no me hacen falta porque los arcontes tenemos mucho poder, y si cuatro enormes alas angelicales blancas y brillantes, además mi piel y mi pelo son de color dorado y mis ojos de color ámbar.
         Hace un tiempo durante una de mis misiones conocí a Remo, un joven del que me hice amigo, el primero que he tenido. Los arcontes no solemos entablar amistad entre nosotros, lo que provoca que seamos seres solitarios. Por eso al principio se me hizo extraño que Remo me hablara y no sabía que hacer, aunque luego, cenando en un local llamado “La Luna Llena”, empecé a hablar con él y me presentó al resto de sus amigos.
         Ahora tengo nueve amigos y entre ellos se encuentra Violeta, una chica que va a acabar destruyéndome ¿Por qué? Porque me he enamorado y los arcontes tenemos prohibido mantener cualquier tipo de relación con mortales y mucho menos enamorarnos. Si Rafael, que es quien nos envía a las misiones y se encarga de vigilarnos, se entera, no solo de la amistad que tengo con mis amigos, sino del amor que siento por Violeta, me quitará los poderes y con ellos mi esencia y mi aura, por lo que desapareceré.
         Hasta ahora he conseguido que no se entere, o al menos eso creo, pero no sé durante cuanto tiempo más podré conseguirlo. Cada vez que me envían a una misión en la tierra tengo que poner una excusa a mis amigos para no quedar, infringiendo otra regla de los arcontes, no mentir jamás, y cuando no tengo ninguna misión tengo que poner alguna excusa a Rafael para bajar a la tierra.
         Nosotros básicamente nos encargamos de mediar entre las diferentes razas que pueblan el mundo terrestre, para evitar guerras que pongan en peligro a los humanos y para que no descubran a los seres que viven entre ellos. Durante siglos hemos conseguido parar innumerables batallas y enfrentamientos, pero ahora se está fraguando el comienzo de una guerra, que puede poner en peligro vuestra ciudad.
         El acuerdo entre el clan de vampiros y las dos manadas de hombres lobo, que viven en vuestra ciudad, esta a punto de romperse debido a ciertas acciones. El acuerdo impide a los vampiros morder a una persona hasta matarla y prohíbe a los hombres lobo convertir a una persona, las dos reglas se han roto y la tensión amenaza con desatar una gigantesca guerra.
         Al parecer hace varias noches, uno de los hijos de Agamenón, el patriarca del clan de los vampiros, a mordido hasta casi matar, no aun humano, sino a uno de los hijos del jefe de los Breakskulls, Rompe cráneos en vuestro idioma. Por otro lado uno de los hijos del líder de los Bendnecks, Tuerce cuellos, mordió a un humano, que se ha convertido en híbrido durante tres noches seguidas sembrando el terror en las calles de la ciudad, aunque esto ya lo sabríais, seguramente le habréis oído aullar desde vuestras camas y os lo habrá contado el resto.
         Como no podía ser de otro modo, anoche me enviaron a tener una reunión en lo más profundo del bosque con los tres líderes para intentar limar asperezas y evitar la guerra. Por desgracia mis esfuerzos no sirvieron para nada y quien sabe cuando estallará la guerra entre las dos razas.
         Mientras esperaba a que llegarán pude pensar en mis cosas o lo que es lo mismo en mis sentimientos hacia Violeta ¿Qué puedo hacer? Mi cabeza me dice que eso esta mal, que soy un arconte y no puedo tener ese tipo de relaciones con humanos, pero mi corazón me dice todo lo contrario y amenaza con romperse si no puedo estar con ella. Por otro lado ella es humana y no puede saber de la existencia de los arcontes, es otra de nuestras reglas, no desvelar nuestra auténtica identidad, con lo que tendría que mentirla rompiendo así más reglas.
         Como veis estoy entre la espada y la pared. No sé como solucionar el problema y mientras tanto lo que siento por ella crece cada día más y más. Solo faltaría que Rafael se enterara de todo y… No quiero ni pensar en lo que me haría, aunque tal vez la muerte sea la única solución. Asi yo me libraría de mi sufrimiento y Violeta podría buscar a alguien mejor con quien estar.
         El primero en sacarme de mis pensamientos fue Aníbal, el líder de los Bendnecks, cuyo hijo fue el que convirtió a un humano en el híbrido. Luego apareció Agamenón, el jefe de los vampiros, que se quedo al otro lado del claro enfrente de Aníbal. Por último llegó Asdrúbal, el líder de los Breakskulls.
         El primero en hablar fue Asdrúbal y ya con su intervención supe que no íbamos a conseguir nada. Pidió nada más y nada menos que la cabeza del hijo de Agamenón culpable de haber mordido a Francisco, su hijo, que todavía se encontraba lago débil debido a toda la sangre que le habían quitado.
         Agamenón contestó que no podía pedir eso cuando Francisco no había muerto, pero que su hijo estaba dispuesto a pedir una disculpa sincera a Francisco, a lo que Asdrúbal, a regañadientes, tuvo que aceptar obligado por mis palabras, aunque en sus ojos se veía que no se iba a contentar con una mera disculpa.
         Después Agamenón sacó el tema más preocupante, el del híbrido que había sembrado el terror en las calles durante la luna llena. Acusó a Alejandro, el hijo de Aníbal que mordió al muchacho, de ser el único culpable de la muerte de la treintena de personas a las que el híbrido había matado y de haber iniciado una plaga de híbridos en la ciudad, por lo que pidió la ejecución pública del chico.
         Aníbal ante esto, como no podía ser de otra manera, entró en cólera y, transformándose en un gigantesco lobo negro atacó a Agamenón, que se preparó para hacerle frente. El choque entre los dos fue brutal y en sus ojos se veía que estaban dispuestos a matarse el uno al otro, por lo que no me quedó más remedio que utilizar mis poderes.
         Los arcontes nunca hacemos daño, otra cosa que tenemos prohibida, y utilizamos nuestros poderes solo para neutralizar a los enemigos, debilitándolos y mermando su voluntad. Nuestros poderes son amplificados por nuestras armas, en mi caso una brillante espada de oro.
         No me costó mucho esfuerzo debilitar a los dos adversarios hasta dejarles sin fuerzas y obligarles a volver a sus lugares.
Para Agamenón el acuerdo ya estaba roto y afirmó que su familia acabaría con la vida de cualquier hombre lobo o híbrido con el que se encontrara, además dijo que ya había llamado a más miembros de su familia para ayudarle en la difícil tarea.
Ante esta amenaza tanto Aníbal como Asdrúbal contestaron con matar a todo vampiro que apareciera ante sus ojos y, cuando Agamenón se marchó, se dieron las manos para firmar una tregua entre las dos familias, por primera vez tras siglos y siglos de enfrentamientos, y luchar conjuntamente contra la amenaza que los vampiros suponían para ellos.
Formada esta alianza cada uno se fue por su lado y de nuevo me quedé solo y preocupado. La guerra entre las dos razas es ya inevitable, de eso no cabe ninguna duda, pero el problema es saber cuando estallará para estar preparados e intentar pararla. Una guerra de estas características puede ser fatal para la ciudad y los humanos se pueden percatar de la existencia de los seres que, para la mayoría, pertenecen a las leyendas y cuentos.
Además hay que añadir una cosa que en la reunión, debido al clima de tensión, no se tocó, la existencia de esos cazadores que acabaron con la vida del híbrido y se lo llevaron quien sabe donde. Cuando estalle la guerra no será una guerra de dos bandos, sino de tres y eso complica nuestra misión pacificadora, sobre todo porque los cazadores son humanos y no podemos mostrarnos ante ellos.
         Bueno. Ahora voy a contaros otra cosa para cambiar de tema. Anoche, Javier por fin se atrevió a pedirle una cita a Serena y ella aceptó. Hoy en lugar de quedar con nosotros van a ir al cine a ver una película y espero sinceramente que todo vaya bien. Los dos son buenos chicos y se merecen estar juntos, por eso los chicos hemos quedado antes y vamos a ir a casa de Javier a ayudarlo a prepararse para la gran noche, mientras las chicas van a ayudar a Serena.
         Esta es la razón por la que tengo que dejarte en estos mismos momentos. Hemos quedado en casa de Javier a las nueve y son menos cinco. No te preocupes, no llegaré tarde. Los arcontes podemos teletransportarnos y en un segundo puedo estar allí.

Un abrazo muy fuerte:
                                                                                                                       Gabriel

viernes, 11 de octubre de 2013

CAROLINA I

Domingo 22 de Septiembre

Querido amigo:
                   ¡Hola! Me llamo Carolina y tengo veinte años. Nací en Paris, donde viví durante cinco años junto a mi familia en un pisito cercano a los Campos Elíseos. Pero nos tuvimos que mudar por cuestiones que ya os contaré y desde entonces vivimos en vuestra ciudad.
         Tengo el pelo castaño atado en una coleta y los ojos color ámbar. Soy bastante fuerte, debido al entrenamiento que me obligaba ha hacer mi padre desde niña, y muy alta, mido 1,90. También soy rápida y ágil con las manos, además de hábil. Sé manejar todo tipo de armas blancas, aunque prefiero las dagas, y luchar en varios tipos de artes marciales. Aparte manejo el arco y se disparar con pistola, escopeta y rifle.
         Ahora mismo debéis de pensar que soy un bicho raro y no os falta razón, pero alguien tiene que evitar que nuestra raza sea destruida por el resto ¿A qué me refiero? Vampiros, licántropos, ogros, trolls, elfos oscuros, gigantes, etc. Si, existen y no, no estoy loca ni me he tomado nada raro. Estos seres existen y vagan entre nosotros sin que nos demos cuenta, acechando en la oscuridad a que algún incauto se aproxime demasiado a ellos.
         Yo, mis padres y mis hermanos procedemos de una antigua familia de cazadores de monstruos, que tiene su origen en la Edad Media durante la época de las brujas, que también existen y la magia con ellas. Por esta razón nos mudamos. En vuestra ciudad se detectaron varios avistamientos de seres oscuros y mandaron a mi familia a investigar.
         Yo, al principio, era muy pequeña, al igual que mis hermanos, pero sabíamos lo que pasaba y nuestros padres nos lo contaban cada vez que regresaban a casa por las mañanas después de toda una noche de patrulla. No os podéis ni hacer una idea de todo lo que vive en vuestra ciudad.
         Al cabo de un tiempo, la verdad es que el año pasado, durante una cacería de hombres lobo, que estaba haciendo junto a mis tres hermanos, me separé sin querer de ellos y me acabé encontrando con Remo, un joven de mi misma edad, que ahora es uno de mis mejores amigos. Remo me presentó al resto de su grupo y desde entonces nos vemos casi todas las noches.
         En especial Marta, la joven de la que me he enamorado. Si, soy lesbiana ¿Ocurre algo? ¿No? Pues mejor para ti, asi no tendrás que vértelas con mi pistola y mi puntería. Ya bastante tengo con ocultárselo a mi familia, que está empeñada en que me tengo que casar con el hijo de alguna otra familia de cazadores ¡Ja! ¿Casarme yo? ¿Con uno de esos niñatos? ¡Los cojones! Antes muerta. Que se atreva alguno de esos a cortejarme ¿Sabéis dónde acabaría? En el mar, pero sin la cabeza, que se la daría a los hombres lobo.
          Por si os queda alguna duda, os vuelvo a repetir que existen. Si no me creéis preguntádselo al resto, aunque supongo que ya os lo habrán contado. No hay nada peor que un híbrido, sobre todo si muerde a la gente, cosa que ha hecho este ¿Sabéis a cuanta gente ha mordido? A doce jóvenes, que en la próxima luna llena se transformarán en licántropos que matarán y morderán a más gente. Si no detenemos esto los temores de Amata se harán realidad y eso es algo que ni mi familia ni yo estamos dispuestos a permitir.
         Anoche empezamos matando al híbrido. Se trataba de un joven de mi edad llamado Esteban. Esto es lo peor de nuestro cometido. A veces. Bueno. La mayoría de las veces, muere gente inocente. Nos llevamos el cuerpo y lo enterramos en el bosque. La familia pensará que sigue desaparecido y nunca sabrá la verdad. Mejor eso a que sepan que su hijo murió por haberse convertido en un monstruo debido a la mordedura de un hombre lobo.
          Aparte de al híbrido, yo disparé contra otro hombre lobo en su forma de lobo y le herí. No sé si acabaría muerto o no, pero espero que si. Cuantos menos hombres lobo haya en nuestra ciudad tanto mejor ¿No os parece? Aunque este parecía diferente. En lugar de ayudar al híbrido nos defendía, sobre todo cuando el engendro atacaba a Remo.
         La batalla fue increíble. Supongo que Javier ya os la habrá contado. Mi hermano Sergio, que solo tiene quince años, apunto estuvo de ser mordido por la bestia, pero mi hermano mayor Pablo, que tiene veinticinco años, consiguió salvarlo subiéndose a los hombros de la bestia y apunto estuvo de clavarla un puñal.
         Sin embargo la bestia se lo quitó de encima y se volvió contra él. Pablo, que es el más rápido de todos, se metió entre sus patas y la hizo varios cortes consiguiendo tirarla al suelo. Pero la bestia se levantó, se irguió sobre sus cuatro patas y estaba a punto de abalanzarse sobre mi padre, cuando las piernas la fallaron y cayó con todo su peso sobre él.
         No había pasado tanto miedo en toda mi vida. Mi padre desapareció en medio de toda esa mata de pelo y no había manera de saber si estaba vivo o había muerto aplastado. Pasaron pocos segundos hasta que supimos la respuesta, pero fueron segundos que parecieron horas largas y angustiosas, que no quiero volver a vivir.
Al final la bestia volvió a su forma humana y pudimos ver que mi padre se encontraba bien y que además había matado al licántropo sacando su espada a tiempo. Solo había tenido que levantarla un poco para que la propia fuerza de la bestia al caer hiciera que el metal atravesara la carne. Luego se quitó de encima, sacó su espada del cuerpo y le dio la vuelta, viendo que se trataba de un joven de mi edad.
La mirada de mi padre era de pena y arrepentimiento, como la del resto, pero no podíamos hacer otra cosa, era él o nosotros. Luego se acercó a mis amigos, que por fortuna, como íbamos encapuchados, no me reconocieron, y les hizo prometer que no contarían nada.
Después llegó una parte complicada. Entre mi padre y Pablo cogieron el cuerpo, lo sacamos de la ciudad, cruzando por todas las calles con el peligro de ser descubiertos, y nos internamos con él en el bosque. Allí tenemos un gran árbol, escondido en lo más profundo del bosque, donde siempre llevamos los cuerpos de los licántropos que matamos y al día siguiente, cuando volvemos a ver si alguien lo ha descubierto, siempre vemos pisadas de lobo y el cuerpo ha desaparecido.
Mi padre dice que los hombres lobo se llevan el cuerpo de su compañero hasta sus cuevas secretas y allí hacen un ritual de despedida para luego comérselo, para que su fuerza pase al resto y no se pierda. Aunque yo creo que esto no va a pasar con el que hemos matado anoche ¿Por qué no? Pues porque no pertenecía a ninguna manada. Es la primera vez que nos enfrentamos a un híbrido y, seguramente, habrá sido mordido por algún joven licántropo inexperto, que sé lo ha contado tarde a su familia.
Normalmente son los propios hombres lobo los que se encargan de los híbridos, lo que explicaría la presencia del otro lobo, y por eso vamos a pasarnos un tiempo sin salir de caza. El híbrido a mordido a doce jóvenes que, como ya os he dicho, con la próxima luna llena se transformaran en híbridos que invadirán las calles de la ciudad matando gente, hay que decir que este ha matado a  treinta personas, y mordiendo a más jóvenes, que se transformaran en híbridos, por lo que los temores de Amata se pueden hacer realidad y la ciudad puede convertirse en un hogar gigante de hombres lobo.
Si esto ocurre todo el mundo conocerá la existencia de estos seres de la noche y volverá a producirse otra persecución como la de la Edad Media o incluso peor. A los licántropos, para evitar esto, no les quedará más remedio que salir de sus cuevas y buscar a los infectados antes de la próxima luna llena. Al salir, serán detectados por los vampiros, que también habitan en vuestra ciudad, y se producirá una guerra entre las dos razas. Cuando esta guerra termine los cazadores saldremos, mataremos a los seres nocturnos que queden y salvaremos a la ciudad de monstruos.
Casi se me olvida contarte un notición de última hora. Javier le ha pedido ir al cine a Serena y esta a aceptado. Espero que toda vaya bien. Hacen una pareja perfecta y seguro que no será la única. Diego y Amata llevan tres noches dando paseos a solas a la luz de la luna y Remo y Fernando no paran de lanzarse miradas y más pronto que tarde acabarán juntos, aunque a Fernando, desde que empezaron los ataques, no lo hemos vuelto a ver y a Remo se le nota preocupado. Yo también espero acabar con Marta, aunque para eso tenga que enfrentarme a mi familia.
Los cazadores tenemos nuestras propias normas y reglas, que por desgracia, como aparecimos en la Edad Media, son muy anticuadas y no se han cambiado nunca. Esto ha provocado algún que otro conflicto, incluso la división de familias o su expulsión de los cazadores por proteger a uno de los suyos ¿La razón de esto? El consejo de líderes está formado por miembros de la iglesia que saben de nuestra existencia. Que raro que anden por medio ¿Verdad?
Ahora te tengo que dejar. Son la nueve y cuarto, vivo en una casita a las afueras de la ciudad y tengo que estar a las diez en “La Luna Llena”. Hoy mi familia saldrá a cazar vampiros y me angustia pensar que alguno puede acabar muerto o, peor aún, convertido en vampiro.

Un beso muy fuerte:
Carolina

miércoles, 9 de octubre de 2013

JAVIER I

Sábado 21 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Javier y tengo diecinueve años. Mi pelo es castaño claro, mis ojos marrones oscuros y mido 1,95. Estoy en bastante buena forma, ya que todas las mañanas salgo en bicicleta, escuchando a Scorpions, que es mi grupo favorito, y, cuando puedo, voy al gimnasio. Soy ágil, hábil y flexible aunque mi mayor fuerte es la inteligencia. Hablo seis idiomas: castellano, inglés, francés, alemán, portugués e italiano y estoy aprendiendo el griego. También se me dan muy bien todas las ciencias, sobre todo la geología.
         Teniendo esto en cuenta debería de estar en la universidad ¿Verdad? Pues os equivocáis. Cuando estaba a punto de entrar comenzó una crisis económica y mi padre, que era quien más dinero llevaba a casa, se quedó sin empleo y tuve que dejar mi sueño de estudiar geología para buscar un trabajo y ayudar a pagar los gastos de la casa.
         Por fortuna encontré trabajo rapidamente como camarero en el local que está debajo de mi casa, llamado “La Luna Llena”, que tiene dos pisos superiores, que sirven de restaurante, y tres inferiores, donde hay discotecas que funcionan toda la noche. Vivo con mis padres, mis dos hermanos menores, Sandra, de dieciocho, y Juan, de quince, y mi abuela, que está en silla de ruedas y la tuvimos que sacar de la residencia en la que la cuidaban porque ya no podíamos pagarla.
           Trabajando una noche, conocí a Remo, un joven de mi edad que enseguida me calló bien y me presentó al resto de sus amigos, de los que me he hecho inseparable, sobre todo de Serena, la joven más hermosa del mundo entero.
         Tiene la piel morena, un pelo rojo como el fuego y unos ojos verdes que me están volviendo loco. Siempre me quedaba mirándola como un gilipollas y ella, cada vez que me miraba, giraba la cabeza y un rubor teñía sus mejillas, haciéndome sonreir. Pero el otro día me sostuvo por primera vez la mirada y yo la sonreí, cosa que creo que la gustó porque sonrió a su vez.
         Hoy, cuando la vea, la preguntaré que si quiere ir al cine conmigo mañana por la noche cuando salga de trabajar. Espero que acepte porque si no me muero. Y lo digo completamente en serio. Sería muy fácil tirarme desde un puente. Pero sé que va a decir que si ¿Qué creéis vosotros? ¿Habré interpretado mal sus señales? Espero que no, porque si no, aparte de que se me va a romper el corazón, voy a hacer el ridículo delante de todos mis amigos.
         Bueno. Ahora que me conocéis os contaré lo que nos ha vuelto a pasar anoche. Supongo que Diego y Amata ya os habrán contado nuestros dos encuentros con un licántropo ¿No? Pues anoche nos lo volvimos a encontrar y esta vez el combate fue peor. Ahora os cuento porque.
         Anoche, después de que Amata nos contara que la bestia era un licántropo y de que Marta nos dijera que un chico, llamado Esteban, llevaba dos noches sin aparecer por casa, salimos a intentar cazarlo utilizando a Remo, por el que parece sentir cierta tracción, igual es que Esteban era gay, como cebo.
         Ni Carolina ni Fernando estaban y los ocho restantes estuvimos vagando por las calles de la ciudad hasta que, al llegar al río y sin previo aviso, nos vimos rodeados por la niebla que aparece antes de que lo haga el licántropo y nos pusimos a preparar la trampa, consistente en un lazo, formado con una enorme cadena, que Remo ató a un balcón de un edificio.
         Justo cuando tocó el suelo, aparecieron los ojos de nuestro amigo, que estaban centrados en Remo, quien se colocó detrás del lazo mientras las chicas sacaban unas pequeñas bombas con humo tranquilizante, que Diego sabía preparar, y los chicos cogíamos el otro extremo de la cadena para tirar en el momento justo
         La bestia, sin percatarse de la cadena, inició con un gigantesco rugido su carrera hacia Remo. Cuando el licántropo entró en el círculo de la cadena, tiramos de la cuerda con todas nuestras fuerzas y conseguimos coger las cuatro patas de la bestia, que fue alzada, y las chicas sin perder un instante lanzaron las bombas contra ella.
         Para nuestra desgracia esto no hizo efecto y la bestia enfurecida consiguió morder la cadena y tirar de ella, mientras nosotros hacíamos fuerza por el otro extremo. Al cabo de un tiempo el balcón, no pudiendo soportar el peso del licántropo, se soltó de sus anclajes y cayó al suelo con un fuerte estrépito, al mismo tiempo que la bestia, libre de las ataduras, se dirigió contra Remo.
          Por fortuna volvió a aparecer el lobo misterioso, que se lanzó directo como una flecha contra el cuello del enemigo, dándole un fuerte mordisco en la yugular de la que pronto empezaron a salir ríos de sangre. Debatiéndose furiosa, la bestia logró quitárselo de encima con un manotazo, que lo envió volando, pero, haciendo un giro, el lobo cayó a cuatro patas entre la bestia y Remo.
         El licántropo no se lo pensó dos veces para atacar al lobo y le empezó a dar manotazos para intentar agarrarlo entre su patas y estrujarlo, mientras Remo, sin que se diera cuenta el bicho, se fue acercando hacia donde habia caído el balcón para coger un gigantesco barrote de hierro.
         De repente el lobo se tropezó y la bestia consiguió cogerlo entre su patas-manos y apretarlo contra su pecho. Daba pena observar los intentos del pobre animal para librarse y poder respirar. Por fortuna Remo, que se había acercado con el barrote por detrás, le dio al licántropo un fuerte golpe en la espalda, dándole en la columna, por lo que al bicho no le quedó más remedio que soltar al lobo y girarse hacia Remo.
         Mientras el lobo cogía inmensas bocanadas de aire, el licántropo intento coger a Remo, pero este esquivaba todos sus intentos saltando o agachándose con una velocidad y habilidad inauditas. Sin embargo esto no duró mucho y Remo se acabó tropezando y cayendo delante de la bestia, que lanzó un rugido pensando que ya tenía a su presa, pero se había olvidado del lobo, que, ya recuperado, se lanzó contra su espalda.
         Estaba Remo levantándose, cuando oímos un disparo, que nos sorprendió a todos, y al instante una bala se clavó en el brazo del licántropo, que lanzó un rugido de dolor y se giró hacia donde había venido el disparo.
         Segundos después surgieron cinco sombras de un callejón, que enseguida rodearon a la bestia y al lobo, completamente encapuchadas, por lo que no pudimos ver de quienes se trataban, y armadas con pistolas, arcos y espadas.
         Al ver a los cinco encapuchados, el lobo salió huyendo pero, cuando estaba apunto de girar en una esquina, uno de los encapuchados disparó su pistola y le dio en un costado, haciéndole dar un aullido de dolor, que nos heló la piel.
         El licántropo no paraba de dar vueltas sin saber a quien atacar. Al final se decantó por el que parecía el más pequeño de los cinco y le intentó dar un manotazo. El joven, porque por el tamaño pensamos que eso es lo que era, se agachó ágilmente y sin perder un segundo disparó contra la bestia dándola en el pecho.
         Lejos de dejar a su oponente, la bestia se abalanzó sobre él y apunto estuvo de darle un mordisco que le hubiera arrancado la cabeza, pero otro encapuchado, de un gigantesco salto, se subió a los hombros de la bestia y sacó una daga dispuesto a calvársela. El licántropo, al notar el peso en su espalda, afianzó sus patas delanteras en el suelo y, dándose impulso, dio una voltereta obligando al encapuchado a saltar si no quería ser aplastado.
         La bestia, una vez dada la voltereta, se volvió hacia él y, aprovechando que estaba tirado en el suelo, saltó con sus garras extendidas dispuesta a desgarrarle. Sin embargo, el encapuchado, que la vió a tiempo, rodó por el suelo y consiguió huir de sus poderosas garras. Luego, sin perder ni un instante, se metió entre las patas del licántropo y le hizo varios cortes haciéndole caer al suelo.
         La bestia no paraba de dar horrendos aullidos e intentaba agarrar a alguno de los encapuchados con sus manos sin lograrlo. De repente, con un enorme esfuerzo, consiguió ponerse de pie y, estaba a punto de abalanzarse sobre el encapuchado que tenía enfrente, cuando las piernas la fallaron y se desplomó sobre el tipo. La bestia, una vez cayó sobre él, dio un enorme y horripilante aullido cerrando los ojos y quedando como muerta.
Tras unos segundos pasó una cosa increíble. La bestia empezó a cambiar. Se fue haciendo más pequeña, su cara fue cambiando a la de un humano, las garras se transformaron en dedos, el pelo se le cayó y, ante nuestros ojos apareció un joven humano de nuestra edad, completamente desnudo, con una espada atravesándole.
Al encapuchado le había dado tiempo a sacar su espada cuando la bestia empezó a caer sobre él y, apuntando con ella hacia arriba, se la clavó al licántropo matándolo en el acto. Este encapuchado salió de debajo del cuerpo y le dio la vuelta, sacando su espada, para ver el rostro del joven.
Se trataba sin ninguna duda de Esteban, el joven desaparecido hacia varias noches. Tenía el pelo rubio, unos azul claro y el cuerpo lleno de heridas y mordiscos fruto de las tres noches que se había pasado transformado en la bestia.
Nosotros nos quedamos boquiabiertos… Bueno, la verdad es que solo yo, el resto no parecía sorprendido pero supongo que sería a causa del shock. Y uno de los encapuchados se acercó a nosotros para decirnos que no contáramos nada. Nosotros juramos que no diríamos ni una palabra de lo sucedido y los encapuchados se llevaron el cuerpo del joven.
¿A dónde se lo llevaron? Ni idea ¿Qué le contaran a la familia? Ni idea ¿Quiénes eran? Ni idea ¿Qué pasó con el lobo herido? Ni idea. Como veis las incógnitas son muchas y nos gustaría resolverlas. Supongo que vosotros no conoceréis ninguna porque si no nos lo diríais ¿Verdad? Yo al menos espero que si.
Después de esto, cada uno nos fuimos a nuestra casa y de camino me pasó una cosa muy rara. Estaba llegando al edificio donde está mi piso, me lo indicaba el ruido que salía de las discotecas de abajo, cuado escuche la voz de un chico que decía: “Que chico tan guapo. Ojalá tuviera valor para entrarle. Pero si mi padre se entera me volverá a pegar como hace siempre que me pilla ligando con un chico”.
Me gire para ver quien lo había dicho pero, misteriosamente, a mi alrededor no había nadie, asi que supuse que lo había imaginado. Acababa de pasar por una experiencia extraña y poco corriente y pensé que eso me habría afectado.
Sin embargo, al llegar a las puertas de la discoteca, cada vez empecé a escuchar más voces y lo extraño es que provenían de mi cabeza. Al principio estaba aturdido y confuso y me quedé quieto esperando a que se pasara, pero no lo hizo. Las voces eran cada vez más y se escuchaban con mayor claridad juntándose en un horrible murmullo que me hizo caer de rodillas con las manos tapándome los oídos y gritando que por favor parasen.
Lo último que recuerdo antes de caer inconsciente, es ver a mi jefe saliendo corriendo del bar alertado por algunos jóvenes y llegar a mi lado preguntándome que qué me pasaba. Luego me quede inconsciente y desperté esta mañana en la habitación de un hospital con mis dos hermanos durmiendo en dos sillones a mi lado.
Los médicos no supieron decir que me había pasado y a las tres me dieron el alta y pude regresar a casa. Mi familia está muy preocupada y ha estado pendiente de mí desde que llegamos a casa, cosa que agradezco, pero necesito un poco de aire.
Ahora te tengo que dejar. Son las seis menos cuarto y tengo que prepararme para entrar a trabajar a las seis. Espero que esta noche sea normal, no como las tres anteriores, y que no vuelva a escuchar voces. Como tenga otro ataque cuando esté en el cine con Serena me muero y no salgo del hospital.

Un abrazo muy fuerte:
Javier

lunes, 7 de octubre de 2013

AMATA I

Viernes 20 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Amata y espero de todo corazón caerte bien. Para empezar te diré que soy una sirena y no, no te estoy tomando el pelo. Tengo una hermosa cola de pez, solo cuando estoy en el agua, con escamas verde esmeralda, la piel bronceada y cabellos púrpuras, adornados con corales rojos y conchas amarillas y naranjas. Mido 1,75 cuando soy humana y dos metros cuando tengo la cola.
         Soy la hija menor del gobernante del mar que baña vuestra ciudad y mi ciudad se encuentra construida en lo más profundo del mar pegado al acantilado. Está construida con corales y conchas azules y verdes en todas sus tonalidades.
         Lo que más me gusta es bucear, algo obvio supongo, sobre todo en compañía de los delfines, y montar sobre Hipocampos, que sería algo asi como vuestros caballos terrestres.
         Desde que nacemos vivimos recluidos en la ciudad, porque nos enseñan a temer a los habitantes de la superficie, y solo salimos para viajar a otras ciudades, disfrutar de las maravillas del mar abierto o para defender nuestra ciudad, y la vuestra, de los ataques de los monstruos marinos, como el Leviatán.
         Yo nunca he comprendido porque no podía visitar vuestro mundo, del que lo único que sabía era lo que leía en los libros de la biblioteca, pero era muy poco y no satisfacía mi curiosidad. Por eso, una noche, me fugue de palacio, en compañía de mi fiel corcel, y me dirigí a la superficie, donde me di cuenta de un problema ¡No tenía piernas!
         Estaba tan entusiasmada por querer ver las maravillas de vuestro mundo, en esa época era muy inocente y pensaba que vuestro mundo era tan perfecto y hermoso como el mío, que no me acordé de ese problema. Solo pude tumbarme en la suave arena de la playa y ver vuestros gigantescos y extraños corales que os servían de viviendas, luego me entere de que se llaman edificios, vuestros medios de transporte, que al principio me daban miedo por el ruido que hacían, y muchísimas cosas más que quería ver desde más cerca.
         Estaba desesperada y pensaba que nunca podría ver vuestro mundo más de cerca, cuando de repente, caminando por la orilla, vi venir un hombre hacia mí y me escondí entre las olas. Como estaba oscuro en un principio no le pude ver bien, pero a medida que se iba acercando le vislumbraba mejor. Se trataba de un señor mayor con una larga barba blanca, que iba completamente vestido de negro y, cuando se acercó lo suficiente, pude distinguirle unos extraños ojos grises.
         No sé como, pero supo donde estaba escondida y me llamó por mi nombre ¿Cómo sabía como me llamaba si nunca nos habíamos visto y nadie de mi especie sube nunca a la superficie? Jamás lo llegue a descubrir. Salí del agua y muy amablemente se ofreció a resolver mi problema. Tal vez acabe arrepintiéndome algún día porque acepte su ayuda. Tengo ese defecto, soy demasiado confiada.
         El señor me dio un colgante de oro con forma de concha y me lo puse. Al instante sentí un cosquilleo por todo el cuerpo y dos segundos después las olas chocaban contra dos rodillas y mis dedos tocaban la arena del fondo. Me sentía la sirena más feliz del mundo y quise agradecérselo pero el hombre ya se había ido y no lo he vuelto a ver.
         Después de un tiempo recorriendo vuestras calles me encontré con los que ahora son mis amigos y pensé que podría llevar una vida sin peligros hasta hace dos noches cuando nos atacó un terrible monstruo, aunque esto ya lo sabríais, seguro que os lo ha contado Diego.
         Lo que no sabréis es que anoche nos volvió a tacar el mismo monstruo y de nuevo se produjo un combate entre este, Remo y el lobo, que, como la vez anterior, apareció de la nada para ayudar a Remo.
         Espero me perdonéis pero no voy a contaros mucho del combate, porque no quiero recordarlo. Solo os diré que hubo golpes, mordiscos gruñidos, caídas y sangre, mucha sangre, demasiada sangre para mi gusto. No la soporto. Yo soy de esos seres que se desmayan nada mas ver una gota de sangre, por muy pequeña que sea, y me mareo solo con pensar en ella.
         Una cosa curiosa es que el monstruo volvió a centrase, inexplicablemente, en Remo. Estábamos caminando por una calle cuando de repente oímos un gruñido, nos rodeó la niebla y apareció el licántropo corriendo por una esquina con la mirada centrada en Remo, quien, con ayuda del misterioso lobo, consiguió ahuyentar a la bestia, que se internó en la oscuridad con una pata rota.
         Tras esto volvimos a nuestras casas. Yo, aunque parecía que estaba aterrada, en realidad estaba muy contenta ¿Adivináis porqué? ¡Diego me volvió a acompañar! Estuve todo el camino abrazada a él, con la cabeza apoyada en su pecho escuchándole el corazón, mientras me contaba cosas para intentar tranquilizarme. Estoy enamorada de él. Pero no se lo digáis.
         No sé que voy a hacer. Mis sentimientos me dicen que este con él, pero es un ser de la superficie y yo soy la hija de un gobernante del mar. Se supone que me tengo que casar con un joven heredero o con un valiente guerrero, al menos eso es lo que quiere mi padre, que ya anda buscándome pretendientes ¿Qué os parece esto? A mi una babosa marina ¿Acaso no importa lo que opine yo? ¡Pero si es mi vida! Debería de ser yo la que escogiera con quien quiero estar y mis padres aceptarlo, no al revés.
         Aceptad este consejo que yo misma voy a seguir: No hagáis caso de lo que os digan vuestros padres, ni de lo que opine el resto de la gente, si os gusta una persona id a por ella porque luego os podéis arrepentir. Sé lo que os pasa. El miedo os paraliza. Lo entiendo. Creedme, lo entiendo perfectamente. Pero en esta vida hay que vencer al miedo porque si no nos domina y no nos deja vivir.
         Yo es lo que pienso hacer. Quiero estar con Remo e intentaré estar con Remo, siempre y cuando él quiera. Desde luego yo no lo voy a obligar a quererme. Me destrozará el corazón, pero cada persona es libre de decidir con quien quiere estar ¿Oh no? A mi padre que le den algas. Si no acepta que estoy enamorada de un ser de la superficie peor para él. Yo no puedo cambiar mis sentimientos y no creo que nadie pueda.
         Bueno. Dejemos este tema por el momento y centrémonos en el del licántropo, que eso es lo que es la bestia. Ayer, cuando volví a casa, me fui directamente a la biblioteca a buscar información y descubrí que era un licántropo, mitad lobo mitad humano. Un poco extraño no, aunque no soy quien para decir eso cuando ahora mismo tengo una cola de pez.
         Según lo que leí, cuando un hombre lobo muerde a una persona, esta, en la próxima luna llena, sufre la transformación a licántropo y, al ser la primera vez, no puede controlarse. Este periodo dura lo que dura la luna llena, es decir, tres días, lo que quiere decir que esta noche volverá a aparecer.
         Estoy entre asustada y emocionada ¿Qué ocurrirá esta noche? ¿Veremos a la bestia o estará tan herida que no querrá salir? Espero que sea lo segundo. No creo que mi estomago aguante otra pelea sangrienta más. Además de que es un peligro para la ciudad. Según nos ha contado Javier, en las dos noches anteriores, la bestia ha matado a dos docenas de personas, la mayoría grupos de jóvenes que se divertían por la noche, y, lo más preocupante, hay como mínimo seis jóvenes ingresados en el hospital por mordeduras ¿Sabéis lo que eso significa verdad? En la próxima luna llena habrá siete licántropos, que pueden aumentar si estas noche la bestia vuelve a morder a alguien, cosa que estoy segura hará, vagando a sus anchas por las calles.
         No quiero ni imaginarme lo que sucederá entonces, sobre todo si se producen nuevas mordeduras. En dos meses la ciudad puede verse invadida por los licántropos y estos a su vez matarán a más gente y provocarán más infectados ¡Esto es peor que una enfermedad! Nuestro hogar puede llegar a convertirse en un antro putrefacto lleno de cuerpos en descomposición y calles convertidas en ríos de sangre. La gente se acabaría yendo de sus hogares y esto se convertiría en una ciudad fantasma habitada solo por los licántropos. Bonito panorama ¿Verdad?
         Hoy voy a contar mis pesquisas y temores al resto del grupo. Tal vez, siempre que Remo este de acuerdo, podemos utilizar la afición que parece sentir por él para atraparlo. El problema es que hacer luego con él.
         Por la mañana se volverá a transformar en un humano que no sabrá nada de lo que ha hecho. No me quiero ni imaginar como se habrá sentido esa persona despertándose dos días seguidos, completamente ensangrentada en cualquier callejón o escondite.
         Javier, Carolina y Marta, que son los únicos que han vivido siempre en esta ciudad, iban a investigar a ver si descubrían algo preguntando a la gente. Se iban a centrar en jóvenes desaparecidos o que se hayan mostrado raros durante estos días. Espero que sus investigaciones hayan dado algún resultado y podamos frenar esto, aunque no sé como diez chicos completamente normales, aunque yo normal no sea, vamos a conseguir atrapar a la bestia y…
         ¡Huy! ¡Qué tarde se me ha hecho! Tengo que estar a las diez en “La Luna Llena”, donde siempre quedamos, y ya son las nueve y media. De nuevo llegaré tarde. Esto de vivir en el mar a veces es una… ¿Cómo lo decís vosotros? ¿Una putada? Si, creo que se dice así. Por fortuna tengo a mi Hipocampo, que cabalga más rápido que ningún otro.

Un beso muy fuerte:
                                                                                                                        Amata

viernes, 4 de octubre de 2013

DIEGO I

Jueves 19 de Septiembre

Querido amigo:

                   ¡Hola! Me llamo Diego. Tengo veinte años, la piel oscura y los ojos y el pelo grises. Soy bastante delgado y no muy alto, mido 1,80, mis manos son alargadas y tengo las orejas puntiagudas ¡Ha! Se me olvidaba. Soy un Drow. Para los que no sepáis que es eso, que seréis la mayoría, os diré que soy un elfo oscuro.
         Los elfos oscuros somos descendientes de los elfos normales, y abrazamos el mal hace siglos, por lo que fuimos expulsados por ello a las cuevas del subsuelo, donde en grandes cavernas hemos construido ciudades casi tan grandes como las vuestras en la superficie.
         Se supone que mi especie es cruel y malvada, algo que he podido comprobar en mi propia piel, pero yo nunca he sido malvado, al contrario, siempre he sido de buen corazón, lo que me acarreó bastantes problemas. Fui repudiado por toda mi raza, incluida mi familia, hasta que harto decidí escaparme de allí aprovechando el ataque a una casa rival.
         Estuve casi un año, creo que fue un año, deambulando por las cavernas y túneles que hay bajo tierra en una completa oscuridad, enfrentándome a toda clase de seres y esquivando multitud de problemas, hasta que encontré un túnel que me llevó hasta una cueva, que me permitió salir a la superficie.
         Al principio no podía tolerar la luz del sol. Mi raza se ha pasado tanto tiempo sin ver el sol que solo un poco de luz nos resulta cegadora. Por eso, cuando salimos, normalmente para atacar a los elfos y a otras criaturas de los bosques, lo hacemos de noche, protegidos por la luz de la luna, que no nos resulta tan cegadora por que nuestra luz artificial tiene su misma intensidad.
         Poco a poco me fui acostumbrando a ella y acabé soportando la luz solar, lo que me permitió salir a explorar vuestro mundo y encontré vuestra ciudad. Aquí, aunque tengo que soportar las burlas por mis orejas picudas, es sorprendente la facilidad que tenéis para buscar los defectos en los demás, conseguí encontrar amigos leales con los que pensé que podría llevar una vida normal. Y digo pensé porque anoche nos pasó algo increíble y peligroso.
         Como era viernes, decidimos salir de fiesta, menos Fernando que se tuvo que ir, y fuimos a buscar un local donde pasar un buen rato. La noche era bastante oscura, a pesar de que la luna estaba completamente llena, y fría. No se oía casi ningún ruido, ni siquiera el de los animales, y la niebla fue cubriendo cada vez más los callejones y calles.
         Mis sentidos de elfo oscuro me decían que algo raro pasaba y de que un peligro acercaba cerca de nosotros, pero no los hice caso porque en vuestro mundo no suele haber muchos peligros, a parte de los que provocáis vosotros claro. Por desgracia me equivocaba.
         Estábamos caminando por la orilla del río, cuando, proveniente de una de las calles, que estaba completamente a oscuras e invadida por una espesa niebla, escuchamos un enorme gruñido, que nos puso los pelos de punta a todos. En ese callejón había algo. Algo muy peligroso. Mis sentidos, más que decírmelo, me lo gritaban, pero yo ignoré estos pensamientos y no hice caso de mis sentidos. Tendría que haberlo hecho.
         Segundos después del gruñido, dos pequeños puntos rojos, como la sangre, que pensábamos que eran de algún automóvil, empezaron a brillar en mitad del callejón. Desgraciadamente no era un automóvil y esos puntos no eran dos focos.
         ¡Eran dos ojos! ¡Los ojos de una horrible bestia! Lo primero que vimos fue su cabeza, una cabeza de lobo, con terribles dientes ensangrentados y con restos de carne y ropa entre ellos. Luego aparecieron su cuello y sus hombros, grandes, fuertes y llenos de pelo. Seguidamente sus manos, que parecían de hombre, pero acababan en terribles garras que dejaban regueros de sangre por el suelo, y un pecho peludo, en el que se podía ver lo que debía de haber sido una camisa, completamente destrozada. Después aparecieron sus piernas, gruesas, llenas de músculos y que acababan en dos pies con garras, y por último su pequeña y peluda cola.
         La bestia emitía gruñidos por su garganta, en la que se podían notar las vibraciones, su pecho subía y bajaba con enorme velocidad, señal de que había estado de caza hacia poco, y un humo blanco salía por su hocico.
         Serena y Amata no pudieron evitar gritar y la bestia nos miró, hasta entonces no se había percatado de nuestra presencia, con sus dos ojos rojos, inyectados en sangre, en los que se podía ver una muerte asegurada. Se puso a dos patas y, echando la cabeza hacia atrás, aulló de una manera tan espeluznante que nos heló la piel.
         Tras el aullido, se puso de nuevo a cuatro patas y empezó a correr hacia nosotros para comernos. Ver a ese monstruo venir corriendo hacia nosotros, con esas garras gigantescas y esos dientes blancos y rojos brillantes y afilados, nos dejó paralizados en el sitio de miedo.
         El primero en reaccionar fue Remo, que con un valor temerario empezó a correr en dirección a la criatura, mientras nosotros le gritábamos por detrás, hasta que dio un giró y la bestia lo empezó a perseguir olvidándose completamente de nosotros, justo lo que había buscada Remo.
         Por desgracia, en sus prisas, se tropezó en mitad de una encrucijada de caminos y, justo cuando la bestia saltaba sobre él para desgarrarle, apareció, quien sabe de donde, un gigantesco lobo, que de un salto hincó sus dientes sobre el costado de la criatura tirándola al suelo y salvando a Remo. Se trataba de un lobo gigantesco, el triple de tamaño que uno normal, de color marrón y los ojos color ámbar, bastante brillantes.
         La enorme bestia se levantó enseguida y de un potente manotazo se quitó al lobo, que todavía le seguía mordiendo, de encima y lo estrelló contra un escaparate, que se rompió en mil pedazos, rompiendo lo que había allí expuesto.
         Remo aprovecho esto para levantarse y echar a correr, pero el monstruo, habiéndose librado de su atacante, volvió a perseguirlo con una velocidad vertiginosa, que no le sirvió de mucho, por que el lobo, después de unos segundos, se recuperó y no se lo pensó dos veces para ir al ataque de nuevo y morder a su enemigo en una pata, tirándolo de bruces contra el suelo.
         Mientras el lobo, sin dejar de morder la pata, arrastraba a la bestia hacia atrás y esta intentaba alcanzarlo con sus enormes garras, Remo, sin pensárselo dos veces, se dirigió hacia el escaparate roto, agarró con las dos manos la pata de una mesa rota acabada en punta y se dirigió resueltamente hacia la bestia, que se debatía furiosa tumbada en el suelo sin poder librarse del lobo.
         Cuando Remo estaba a pocos pasos, los dos giraron la cabeza y la bestia, al ver el nuevo peligro que se acercaba, encontró nuevas fuerzas y, librándose del lobo con una fuerte patada, que lo envió varios metros hacia delante, estrellándolo contra un muro, se levantó cuan largo era y afirmó los pies en el suelo para hacer frente a Remo.
         Tras tragar saliva, Remo empezó a correr hacia la bestia, con su arma apuntando contra el pecho del monstruo, lanzando un potente grito. La bestia, cuando vio que lo tenía cerca, intentó desgarrarlo con su mano derecha, si es que a aquello se le podía llamar mano, pero Remo, agachándose con gran habilidad, consiguió esquivar el manotazo y colocarse detrás del engendro, clavándole al instante la punta de la pata.
         El monstruo lanzó un enorme rugido de dolor, se quitó el arma de la espalda y se volvió hacia Remo hecho una furia. Remo, en lugar de asustarse como hubiera hecho una persona normal, cosa que al parecer no es, flexionó las rodillas y saltó hacia la cabeza de la bestia, que al verlo venir lanzó un rugido, supongo que fue la bestia, aunque no se veía nada, y no el lobo.
         La imagen de Remo agarrado a la cabeza del engendro mientras esquivaba los golpes de la bestia nos dejó sin respiración. Y sin respiración nos volvió a dejar que Remo mordiera a la bestia en el cuello. Si, no habéis entendido mal. Remo mordió a la bestia, que lanzó un terrible aullido de dolor y enfurecida, de un manotazo, se quitó a Remo de encima, que fue rodando por el suelo hasta chocarse contra la pared.
         El monstruo se estaba acercando a él, cuando oímos un gruñido que daba más miedo que todos los anteriores. Lo había provocado el lobo, del que nos habíamos olvidado por completo, que miraba con ojos enfurecidos a la bestia acercándose a un maltrecho Remo, y ocurrió una cosa sorprendente.
         El lobo empezó a cambiar y, con un crujir de huesos, que se podía escuchar incluso desde donde estábamos el resto viendo todo lo que ocurría, se convirtió en un ser parecido al otro pero con los ojos ámbar, que se lanzó en una embravecida carrera contra su contrincante.
         Prefiero no relataros todos los detalles de la pelea, porque, a parte de que muchos de vosotros necesitaríais ir al baño a vomitar, no acabaría nunca. Solo os diré que, durante varios minutos, hubo arañazos, mordiscos, gruñidos, aullidos, choques contra la pared y todo lo que se os pueda ocurrir.
         La batalla acabó cuando la bestia de ojos rojos, ya cansada y con ríos de sangre manándola de las heridas, huyo del lugar internándose en las oscuras calles de la ciudad y nosotros nos dirigimos hacia donde estaba Remo, que, apoyándose en la pared, consiguió levantarse él solo.
         A pesar de que se le veía bastante herido, nos dijo que estaba bien y que no llamásemos a una ambulancia, cosa con la que no estábamos de acuerdo pero que tuvimos que aceptar al ver su insistencia, y se quedó mirando a la otra bestia, que miraba en la dirección en la que se había ido la otra.
         La bestia de ojos ámbar volvió a transformarse en lobo y giró la cabeza hacia donde estábamos, pero su mirada solo se centró en Remo y, durante unos segundos, se quedaron mirándose a los ojos. Después el lobo agachó la cabeza. Os juro que su mirada parecía estar cargada de un dolor atroz, que no parecía provenir de las heridas que tenía. Y desapareció de nuestra vista zambulléndose en la niebla.
         Nosotros, tras un momento de estupor y de ver que Remo estaba bien, nos empezamos a ir cada uno a nuestras casas. Pero yo decidí acompañar durante un buen trecho a Amata, la chica a la que quiero.
         Sé que os va a parecer un poco ruin por mi parte. Pero aproveché el estado de nerviosismo en el que se hallaba para poder abrazarla y tocarla todo lo que pude, incluso me atreví a darla un beso en la frente ¿Sabéis lo mejor? Que ella no se alejó. Ni siquiera parecía molestarla el contacto, si no, más bien, todo lo contrario, parecía agradarla.
         Esto parece muy bonito pero en realidad es una mierda. Yo no soy como ella y no sé que pensará de mí si se enterase de que pertenezco a una raza malvada y perversa de elfos. Ella es buena y cándida. Si existieran los ángeles seguro que serían como ella.
         Me gustaría seguir contándote más cosas pero he quedado con mis amigos a la diez en “La Luna Llena”, se me ha hecho un poco tarde y vivo algo lejos, en las mazmorras de una torre cárcel, que debió de pertenecer a un antiguo y magnifico castillo. Me gustaría decirte que sé que todo va a salir bien, pero ya miento demasiado a mis amigos y no quiero mentirte a ti.

Un abrazo muy fuerte:
                                                                                                                         Diego